Conocer una lengua, aún en los niveles más avanzados, no asegura una comunicación exitosa, especialmente en la interrelación con el hablante nativo. Esto es debido principalmente a que la adecuación comunicativa de un enunciado no está garantizada por su gramaticalidad. En este sentido, trabajar con muestras de conversación real es una apuesta que no solo permite abordar los niveles puramente lingüísticos (fonético-fonológico, morfosintáctico y léxico-semántico) sino también aquellos elementos paralingüísticos y no lingüísticos o contextuales (gestuales, socioculturales e interaccionales) que, en definitiva, son los que van a asegurar la plena adecuación comunicativa y, consecuentemente, el éxito en la comunicación.